En este artículo
- ¿De qué puedes hablar con tus suegros para caerles bien?
Tener una relación con alguien implica quererlo tal y cómo es y llevarte bien con la gente que le importa. Y eso pasa por tener una relación, al menos cordial, con sus padres aunque los suegros siempre han sido un tema difícil. El momento de conocerlos es un paso importante y -por mucho que nos intenten convencer de lo contrario- las primeras impresiones son esenciales, ¿no crees?
Entrar en la vida de una persona implica entrar en la vida de su familia también, y eso puede poner algo nerviosa e incluso puede que no sepas ni de qué temas puedes hablar, ¡nadie dice que vaya a ser sencillo ganarse a los suegros! Pero en Diario Femenino queremos ayudarte a llevarlo todo más o menos preparado cuando te encuentres con ellos y te vamos a dar algunos temas de conversación con los suegros para que puedas saber de qué hablar para agradar. ¡Conseguirás caer bien a tu familia política!
¿De qué puedes hablar con tus suegros para caerles bien?
Siendo sinceros cuando os sentéis a la mesa todos estaréis nerviosos. El novio porque es su familia y su pareja. La familia porque es la novia de su hijo y tú porque estás en territorio desconocido. Lo más importante es mantener una conversación en la que no contestes con monosílabos sino que te dejes conocer. Teniendo esto presente, ¡vamos allá!
+ Tu vida laboral
No lo negaremos, a los padres les tranquiliza saber que la pareja de su hijo se está ganando la vida y sabe sacarse las castañas del fuego. Da igual si estás estudiando, trabajando o en paro, esto es como cuando acudes a una entrevista de trabajo: hay que venderse bien pero tampoco exagerar. Aprovecha para contar qué has hecho de provecho desde que acabaste el colegio y cuáles son tus puntos fuertes en ese ámbito. Quizás también puedas contar por qué elegiste el camino que elegiste pero sin demasiadas pretensiones. Recuerda que venderte demasiado también puede ser contraproducente.
+ Tus aspiraciones
Estás allí para que te conozcan. Aunque tampoco debes acaparar toda la atención no está mal que tus suegros conozcan que tienes objetivos a corto, medio y largo plazo. Puedes hablarles de qué tienes pensado o qué te gustaría hacer en un futuro... Pero ten cuidado si tienes en mente irte a trabajar fuera o tener familia numerosa (y no lo has hablado aún con tu pareja) quizás no quieras meterte en un terreno tan complicado.
+ Infórmate antes y pregunta después
En este punto es en el que tu pareja debe echarte una mano (o dos, ¡o todas las que pueda!). Antes de esta cita debe dedicar un tiempo a contarte a qué se dedican o han dedicado sus padres, cuáles son sus hobbies, qué temas les apasionan… Así, cuando llegues podrás preguntar un poco más sobre sus trabajos o dudas que te inquieten y quieras conocer.
Por ejemplo, imagina que tu suegro trabaja en el aeropuerto. Puedes contarle que siempre has tenido curiosidad por saber cómo se trabaja o cuál es el mecanismo para esto o lo otro. Si se sienten a gusto, ellos hablarán y tú estarás un poco más relajada.
+ Los lugares de procedencia
A la hora de que tu pareja te cuente cosas sobre sus padres debes tener en cuenta de dónde vienen. ¿Son de la misma ciudad que tú? ¿Nacieron en un sitio diferente? Esto puede ser un gran tema de conversación puesto que puedes preguntarles sobre cosas curiosas del lugar en el que nacieron o, si lo conoces o tus padres son de cerca, hablar de las cosas que te encantan de esa ciudad, de restaurantes, monumentos, historia…
+ Momento comida
Si la cita del encuentro es en casa de tus suegros y vas a comer o a cenar, asegúrate primero de que lo ha cocinado alguno de ellos y alaba lo que estés comiendo. No es cuestión de crearte un personaje que no eres, así que puedes ser sincera: si te gusta la cocina pregunta la receta y cuenta qué recetas sueles hacer tú. Si no te gusta cocinar pon de excusa que siempre has sido un poco mala para eso y que admiras a la gente que sabe cocinar.
+ Fíjate en los detalles
La casa puede ser una buena excusa para sacar temas de conversación, así que debes permanecer con los ojos muy abiertos para darte cuenta de cosas que te pueden servir de ayuda. Hablamos, por ejemplo, de si tienen cuadros, plantas o maquetas. Puedes fijarte en ellos y preguntar quién es el manitas de la casa, quién los ha pintado, quién las cuida… Quizás también encuentres algún hobbie que tu pareja tenga y así puedas aprovechar para establecer similitudes del tipo: "ya sé de dónde te viene…"
+ Habla de tu familia
Cada familia es un mundo y tiene sus propias costumbres. Si detectas que hay cosas en común entre tu familia y tus suegros hazlo saber, ¡seguro que les encanta! Si no, no pasa nada. Siempre desde el respeto puedes contar cómo hacéis las cosas vosotros: "Fíjate, en mi familia es diferente. En Navidad nos juntamos todos en una casa rural en lugar de en casa de alguien pero lo disfrutamos igual". Es importante que no dé la sensación de que estás compitiendo sino simplemente de que estás contando algo de ti y de los tuyos.
+ Pregunta a todos
Si en la mesa hay niños, hermanos o personas mayores no centres solo la atención en tus suegros y haz por saber y conocer a las personas que están sentadas. Puedes preguntar sobre en qué curso está o qué está estudiando (si hablamos de los primeros) o sobre, por ejemplo, recetas de cocina en el caso de los segundos. Esto hará la conversación amena, les dará la posibilidad de intervenir y tú causarás muy buena impresión preocupándote por todos.
+ Tira de anécdotas
Si tienes una colección de anécdotas importante (de viajes o eventos familiares, por ejemplo) no está mal que la saques a relucir si la ocasión lo merece. Si consigues hacer reír a tus suegros se quedarán con buen sabor de boca y eso es un puntazo a tu favor. ¡Los tendrás más que ganados!
Así que si lo ves posible cuenta esa historia que tanto suele gustar y hazlo de forma divertida. Eso sí, ten en cuenta que no estás con tu grupo de amigas y que aunque te sientas en confianza no dejan de ser los padres de tu pareja. Ahórrate ciertas palabrotas o detalles que no tengan la necesidad de saber. Cuenta todo en el tono más amable posible.
+ Tu pareja
Sin duda, el punto en común entre ambas partes es un gran tema de conversación. No es cuestión de alabar como si todo fuera un cuento de príncipes y princesas ni tampoco de ridiculizar. El equilibrio está en un término medio. Para hacerte una idea, piensa en lo que te gustaría que dijera (y lo que no) él de ti si la situación fuera al revés.
+ Evita a toda costa discutir sobre ciertos temas
Es posible que se den situaciones en las que no estés de acuerdo con lo que se está diciendo. Piénsate dos veces el meterte a discutir la primera vez que conozcas a tus suegros. Quizás sea mejor que asientas y simplemente digas frases como: "Ya…" o "es posible". Si tu pareja te conoce un poco sabrá que no estas cómoda con esa conversación y hará lo posible por cambiar el rumbo de esta hacia otra.
Una vez pasada la primera presentación, todo irá siendo más fácil poco a poco, irás ganando confianza y, con el paso del tiempo, verás esa primera presentación como algo anecdótico.
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